En euskera, “Kar-kar” es la honomatopeya de la carcajada. Ese fue el nombre que elegimos desde el TMEO -a propuesta del dibujante Ata- como cabecera de la página semanal publicada en el Diario de Noticias de Álava entre octubre de 2014 y el mismo mes del año siguiente. En total, fueron 119 entregas semanales. Entregas que mostraban una selección “para todos los públicos” de material publicado en el TMEO. Algunas de ellas pudieron leerse en los diarios del mismo grupo editorial correspondientes a Gipuzkoa, Bizcaia y Nafarroa.
La idea inicial era seleccionar una serie de historietas y chistes gráficos extraidos de diversos números de TMEO, pero autoimponiéndonos una condición: que fuera un material apto para todos los públicos. Para una revista irreverente -que incluso había sido citada en una ocasión por la Audiencia Nacional parar responder a una denuncia por “injurias a la Corona”, cuando meterse con ella aún no estaba de moda- no era un reto fácil de cumplir. Pero nos pusimos manos en la masa sin saber cuántas páginas podríamos llegar a entregar e incumpliendo en ocasiones tal condición. Así que recibíamos de vez en cuando alguna que otra llamada telefónica de los redactores de los periódicos en cuestión que se llevaban las manos a la cabeza por ciertos contenidos que les mandábamos. Pero, en general, podemos afirmar que Kar-Kar fue recibido con aceptación por los lectores: la sangre no llegó al río. Kar-Kar no tuvo más continuidad porque el material apto para el público en general se agotó. Y de cerca de 10.000 páginas publicadas en la historia del TMEO pudimos apañar algo más de un centenar.
Los dibujantes se enrollaron ofreciendo su material gratis total. Ata realizó gráficamente la cabecera. Los diarios nos pagaban nuestra colaboración anunciando en sus páginas por medio de buenos anuncios de la revista TMEO. Una relación, como se suele decir en estos casos, “quid pro quo”. Una vez finalizado el invento pensamos en imprimir un número recopilatorio que recogiera todos los Kar-Kar, pero, como nos sucede a menudo, nuestra natural vagancia hizo que el proyecto durmiera el sueño de los justos. Hasta que al maquetador del TMEO se le iluminó la bombilla y planteó realizar el recopilatorio que puedes ver ahora en tu pantalla favorita en una edición digital. Disfruta, por lo tanto, de ella. Y esperemos que, al hacerlo, sueltes alguna “Kar-Kar”. Ah! Y puedes descargarlo picando AQUÍ